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Diario literario del 2024
Emilio Martínez Cardona
Siguiendo la pequeña tradición instituida en el 2021, pauso por Navidad el comentario de la actualidad política, para hacer un recuento de eventos relacionados con las letras que de alguna forma me tocaron o en los que participé.
Abril y mayo fueron meses de pérdidas importantes: en el primero se fue Paul Auster, escritor inmenso (otro que no llegó a recibir el Premio Nobel). Recomiendo con énfasis su novela distópica El país de las últimas cosas. A fines de mayo, partió Susana Seleme, aguda lectora de Hannah Arendt y una de las mentes más lúcidas de Bolivia.
También en mayo, dediqué una columna a recordar las Reflexiones maquiavélicas de Pedro Shimose, “poemario que nunca podremos recomendar lo suficiente, y que ofrece una valiosa aproximación desde la subjetividad a la biografía y la obra del autor de El Príncipe”.
En junio, como el año anterior, presenté en la capital noruega el Informe sobre Libertad de la Cultura, en el marco del Oslo Freedom Forum. En el estudio, que abarca a cinco países de América Latina, continué el monitoreo sobre las persecuciones que sufren escritores y otros artistas por parte de los regímenes autoritarios.
Ya de regreso en el país, fui parte de las lecturas de cierre del Encuentro Internacional de Poesía “Ciudad de los Anillos”. También por esos días, Aníbal Crespo Ross presentó en la FIL Santa Cruz la traducción de sus Dix Poèmes (Diez Poemas), vertidos al francés por el quebequense Stéphane D’Amour. En líneas escritas para la contratapa, dije que “en la poesía de Aníbal se da el tránsito hacia el Yo puro, que se abre camino a través del silencio y del ocaso”.
A mediados de agosto, presenté en Santa Cruz de la Sierra mi nuevo libro de narrativa, formado principalmente por micro-cuentos de literatura fantástica y bajo el título de Diario de sueños (Editorial 3600). Ese mismo mes, en Minas-Uruguay, doné a la Biblioteca Departamental ejemplares de Diario de sueños y del poemario Libro de los espejos. Me acompañó en la visita el escritor Leonardo de León, co-autor de un libro publicado este año, Apuntes de retina, que constituye un ingenioso ejercicio a la manera de Georges Perec y el Oulipo.
En septiembre, integré el jurado del Premio Nacional de Literatura “Santa Cruz de la Sierra”, este año dedicado al ensayo. Tuvimos el gusto de asignar el primer premio a Darwin Pinto Cascán, por su excelente trabajo titulado Santa Cruz y los cruceños en la Guerra y la Paz del Chaco.
En ese mes y en diciembre, la revista literaria Paréntesis, del PEN Santa Cruz, incluyó textos de mi autoría: el artículo Filosofía en la hamaca, dedicado a Manfredo Kempff Mercado; y el poema Ya sin mordazas de hierro, sobre las censuras sutiles y la neolengua, con un cameo del maestro Ezra Pound.
También en diciembre, se presentó en la UAGRM Pueblos imaginarios: el libro negro del indigenismo, del autor argentino Rodrigo Iturralde, quien me honró citando en el volumen algunos de mis libros de ensayo político.
Es todo cuanto registra el parte. ¡Feliz Navidad y próspero Año Nuevo!
Mañana se presenta Diario
de sueños, nuevo libro de narrativa de Emilio Martínez
“Varios de los
textos de este librillo aspiran a ese rayo que el zen llamó koan: un espacio indefinible que sólo
alumbra ante cierta desconexión de la lógica convencional. Son, por utilizar el
término de manera laxa, narremas,
pequeños embriones narrativos que el lector, con su mayor sabiduría, completará
en su universo conjetural.
“La mayoría de los
cuentos reunidos en este libro tienen un carácter breve, no obstante, en esa
brevedad proponen imágenes densas y bien logradas. Destacan también la
diversidad temática, el contenido de las narraciones (la diégesis), la novedad
(ocurrencia) de los argumentos y, claro, la estratégica manera de hacer
diálogos a partir de referencias, intertextualidad y guiños a la cultura
general. Ahora bien, sin necesidad de estar al tanto de todas las referencias,
estos cuentos y microcuentos significan universos independientes, pues son
disfrutables y tienen sentido por sí mismos.
Emilio Martínez
Cardona (1971). Narrador, poeta y ensayista, nacido en Uruguay y nacionalizado
boliviano. Recibió el Premio Municipal de Literatura de Montevideo
(actualmente, Premio Onetti) y el Premio Nacional de Literatura “Santa Cruz de
la Sierra”.
Mi opinión sobre los vínculos Bolivia-Irán en “Mirada
Sur”, Atlas Network Center for Latin America
https://publico.bo/politica/mirada-sur-sequia-terrorismo-y-drogas/
Estuvimos en la
primera edición del “Podcast de la Libertad” de Fundación Atlas (Buenos Aires), con la
conducción de Martín Simonetta y la participación de notables panelistas.
Hablamos sobre el debate de la obligatoriedad en la educación (minuto 6:35) y
sobre “La trampa de AMLO” en el conflicto mexicano-ecuatoriano (minuto 27:40),
con la que el Grupo de Puebla pasa a la ofensiva política continental.
Se publicó el número 124 de Problèmes d'Amérique
latine, dedicado al “Constitucionalismo mágico” de nuestra región. Adjunto link
al editorial (Daniel Dory, Emilio Martínez Cardona, Hervé Théry).
https://www.cairn.info/revue-problemes-d-amerique-latine-2023-2-page-5.htm
https://www.cairn.info/revue-problemes-d-amerique-latine.htm
Analistas: Los 5 Mitos de Octubre es “un libro imperdible”
Los datos versus el relato de octubre
Emilio Martínez Cardona
Ayn Rand decía que “los absurdos no refutados de hoy son los lemas aceptados de mañana”. De igual forma, las versiones falseadas de hechos de hace 20 años, sentaron las bases de una narrativa con la que se ha seguido distorsionando la interpretación de otras crisis a lo largo de dos décadas.
El relato oficial sobre octubre de 2003 es la piedra fundamental para una narrativa que sólo ve víctimas en un bando de los conflictos, que asigna culpables automáticos en el otro y que, en definitiva, ha ayudado y acompañado a la deconstrucción de la imperfecta democracia que existía en Bolivia hasta inicios del siglo XXI, para su sustitución por un régimen híbrido cada vez más autoritario y dictatorial.
El sesgo deliberado que se aplicó a los hechos de octubre se repitió, por ejemplo, en la interpretación de Porvenir (2008), Sacaba y Senkata (2019), entre otros casos.
Por supuesto, la metodología no es estrictamente boliviana, aunque el país sí fue el laboratorio socio-político inicial para su experimentación. Después sería implementada en Chile, Colombia, Ecuador y Perú, con resultados desiguales pero con tres constantes en sus objetivos: a) el intento de derrocar a un presidente democrático, b) forzar la apertura de un proceso constituyente, aunque no estuviera previsto en la Constitución vigente, y c) abrir el camino a la elección de un candidato presidencial de la izquierda populista, mostrado como el único que podía garantizar la “gobernabilidad social” después del intenso periodo de inestabilidad. El guión se ha repetido para facilitar la llegada al poder de Evo Morales, Gabriel Boric y Gustavo Petro.
En el caso específico de octubre de 2003, el relato oficial se ha basado en 5 mitos, que he contrastado con elementos objetivos como pericias forenses y balísticas, antecedentes de credibilidad de los testigos e inconsistencias de testimonios, entre otros parámetros. Y los mitos no pasaron la prueba.
Esta revisión, que reúno en el libro “Los 5 Mitos de Octubre” que presento por estos días, demuestra que muchos de los disparos letales no pudieron provenir de las fuerzas militares; que el ELN y las FARC estuvieron efectivamente presentes en ese momento en Bolivia; que uno de los incidentes centrales de octubre no se dio como cuenta la versión oficial; que Perú nunca fue una opción viable para la exportación de gas boliviano; y que el diálogo para la pacificación democrática fue saboteado por los líderes del alzamiento armado.
Se puede concluir que el relato oficial se ha convertido en un mecanismo de encubrimiento que, lejos de buscar hacer justicia, distrae la atención de los verdaderos impulsores de la violencia. Luchar por los derechos humanos que fueron vulnerados en octubre requiere asumir e integrar estos elementos críticos, para acercarnos a una verdad histórica que ha sido escamoteada de forma sistemática.
Comparto versión en PDF del Informe sobre Libertad de la Cultura 2022, que presenté en el Oslo Freedom Forum.
https://drive.google.com/file/d/1VT21vwnaeGHeeeaSzcliWEM0ayZ7usPd/view?usp=sharingUniversidad de Nueva York publica texto de Emilio Martínez en homenaje a César Vallejo
La revista de la Universidad de Nueva York publicó un dossier en homenaje a los 100 años del libro Trilce, de César Vallejo. El dossier incluye un texto del escritor Emilio Martínez Cardona.
https://wp.nyu.edu/gsas-revistatemporales/dossier-trilce-100/
La filosofía y el arte de vivir
El pasado sábado se presentó en la Feria Internacional del Libro de Santa Cruz la obra más reciente de Emilio Martínez Cardona, Filosofía en la hamaca, publicada por la Editorial 3600. La escritora y pedagoga Angélica Guzmán Reque fue la encargada de comentar el libro, con el texto que sigue a continuación.
Angélica Guzmán Reque
A estos cambios
y contradicciones hace referencias en las utopías, también manifestadas en
obras literarias. Hace un análisis y prospección partiendo
de concepciones literarias, relacionadas con ideales político-sociales, unas
veces ideológicos con excesivos defensores de sus
elucubraciones y posiciones de sus ideales de triunfo y totalitarismo. Emilio
toma esos idealismos que fueron expuestos en obras utópicas. La
palabra utopía proviene de la obra de Tomás Moro, donde los habitantes de una
isla, llamada Utopía, viven de forma pacífica y armónica, compartiendo sus
bienes y cuidando unos de otros. Se trata de una «sociedad perfecta» en todos
los aspectos y que contrastaba, de forma clara, con la sociedad inglesa de la
época. Donde paradójicamente, se concibe como alcanzables, pasando
luego por las distopías, que
son anverso y reverso de un mismo género filosófico, sociológico, antropológico
y literario. Lo que diferencia a la utopía de la distopía es el desenlace. La
utopía describe una luminosa sociedad futura, mientras la distopía opta, por lo
contrario: lo que anticipa es una sociedad sombría y ominosa.
Obras
como la de Orwell, con Rebelión en la granja, Aldous Huxley
en Un mundo feliz, como
mencionando que importa más en nuestra época la ciencia ficción que la ciencia.
Desarrolladas también en nuestra literatura, en El viaje de Rodrigo Antezana o las obras
de Edmundo Paz Soldán, hasta llegar a las ucronías,
un género literario que también podría denominarse novela
histórica alternativa y que se caracteriza porque la trama transcurre en un
mundo desarrollado a partir de un punto en el pasado, en el que algún
acontecimiento sucedió de forma diferente a como ocurrió en realidad.
Lo
ciento es que han tenido que pasar un sinfín de hechos
históricos e ideales en la conformación de sociedades y gobiernos,
perfectamente idealizados, aunque siempre desde el punto de vista de sueños y
ensoñaciones muy personales, siempre sin tomar en cuenta las conformaciones
sociales por seres pensantes y de ideologías individuales, genética y
culturalmente particulares y perfectamente libres de su accionar y pensamiento.
Muchas han quedado en obras literarias o ensayos político-sociológicos que el
cine se ha valido de ellos para presentar al mundo esas posibilidades de
cambio, casi completamente diferentes a las formas de vida, inclusive a la
conformación arquitectónica y geográfica de las regiones.
Emilio Martínez presenta “Filosofía en la hamaca”
El libro es publicado por la Editorial 3600 y el acto se realizará el sábado 31 de julio a las 19:00 horas, en el Salón Gabriel René Moreno del predio ferial, con presencia del autor y comentarios de Angélica Guzmán. El evento presencial también será transmitido vía Zoom.
El título Filosofía en la hamaca es el de uno de los ensayos recogidos en el libro, donde se analiza jocosamente la llamada “aporía guaranítica”, planteada por el filósofo cruceño Manfredo Kempff Mercado.
Otras de las páginas están dedicadas al ensayista uruguayo José Enrique Rodó y su Liberalismo y jacobinismo, a las teorías estéticas de Immanuel Kant y Edmund Burke, y hasta a un Tango filosófico que cierra el volumen.
Emilio Martínez Cardona (1971) es narrador, ensayista y poeta, nacido en Uruguay y nacionalizado boliviano. Recibió el Premio Municipal de Literatura de Montevideo y el Premio Nacional de Literatura “Santa Cruz de la Sierra”. Ha publicado una veintena de libros en diversos géneros, incluyendo De Orwell a Vargas Llosa, que Jaime Bayly calificó como “ensayos magníficos sobre las relaciones entre los intelectuales y el poder”. Sobre su narrativa, los críticos norteamericanos Alice Whittenburg y G.S. Evans (The Irreal Reader) lo sitúan entre los continuadores de Franz Kafka, Jorge Luis Borges y Kobo Abe.
Introducción del libro (Kant en bicicleta):
“Han pasado ya 36 años desde que, a los 13, me calzaba el uniforme deportivo y partía en bicicleta hacia mis supuestas clases de educación física, desviándome en realidad a la biblioteca municipal donde, ya apartado por una cómplice funcionaria, me esperaba un ejemplar de la Crítica de la razón pura.
Después, me entretenía leyendo en un parque sobre categorías y juicios sintéticos y analíticos, apodícticos y asertóricos, hasta que pasaba el tiempo hipotéticamente dedicado a los quehaceres gimnásticos y retornaba, más kantiano que atlético, al hogar.
Esa metodología predelictiva, con la cual también fumé mis primeros cigarros, se mantuvo todo ese año y en los siguientes, aunque los 13 sean los mejor preservados en la memoria: fue cuando publiqué mi primer artículo en el diario La Unión, una lectura ininteligible del oscuro Heidegger.
Ya que hablamos de él, por el ritual bicicleta-biblioteca-parque pasó El ser y el tiempo, y luego El ser y la nada de su discípulo Sartre. También la infaltable República de Platón y el muy abstruso Sobre la cuádruple raíz del principio de razón suficiente de Schopenhauer.
Después, por mediación de los escritos borgeanos o borgesianos, que incluían frecuentes referencias a Berkeley, Spinoza y Hume, me fui adentrando cada vez más en la literatura, ficcional pero de trasfondo metafísico, y ese fue el camino que siguieron mis libros de narrativa publicados en las dos últimas décadas.
Ahora, reúno en este volumen ensayos y artículos sobre asuntos de estética, filosofía política, relaciones entre ética y economía, filosofía de la historia, del lenguaje y de la cultura, esperando que quizás algún día un estudiante rebelde disienta de la convencional currícula escabulléndose en bicicleta para leer estas páginas en el parque”.
https://us02web.zoom.us/j/83942527755?pwd=YzRXK2RjS3hoMWp2SFNXZlVFUmYyZz09
ID de reunión: 839 4252 7755
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Cuba: ¿purga militar silenciosa?
Emilio Martínez Cardona*
Desde que las protestas comenzaron en Cuba el pasado 11 de julio, cinco generales de alto rango fallecieron en medio del hermetismo oficial, sin que se aclare la causa de sus decesos y con funerales exprés.
Hablamos de Agustín Peña, quien fungía como jefe del estratégico Ejército Oriental, Marcelo Verdecia Perdomo, Rubén Martínez Puente, Manuel Eduardo Lastres Pacheco y Armando Choy Rodríguez. Todos desaparecidos con una sorprendente regularidad, prácticamente uno cada dos días. La Parca ha estado blandiendo su guadaña con cronómetro.
Algún tuitero de la isla señaló, con negra ironía, que la pandemia debía estar terrible para afectar de esa manera al alto mando.
De lo que “no tenemos pruebas, pero tampoco dudas”, es de que en Cuba se esté desarrollando una purga militar silenciosa, contra quienes podrían eventualmente movilizarse para detener la brutal represión contra la población civil y tal vez impulsar algún tipo de apertura democrática.
Los precedentes no faltan en la isla y hasta se podría decir que la purga es parte del know-how del castrismo. De su experticia.
En 1989, en pleno proceso de derrumbe del socialismo real, Fidel Castro tomó medidas para neutralizar a los potenciales perestroikos caribeños, fusilando a varios de los oficiales de mayor renombre, como el general Arnaldo Ochoa y el coronel Tony de la Guardia. Las excusas fueron alta traición y narcotráfico, obviando que las operaciones en este último rubro habían sido un encargo de Estado, como parte de la “lucha antiimperialista”.
Claro que esta tecnología de la seguridad revolucionaria puede remontarse a Stalin y sus procesos de Moscú, que purgaron a casi toda la cúpula bolchevique -Kamenev, Zinoviev y Bujarin incluidos- dejando al “Padrecito” como amo único del Partido.
En aquellos tiempos los procesos se filmaban, tanto para el regodeo como para la intimidación, mientras que en las purgas del siglo XXI parecen predominar el sigilo y la vergüenza.
Decir que “hemos fusilado, fusilamos y seguiremos fusilando”, como lo hiciera Ernesto Guevara de la Serna, ya no resulta tan admisible. Eso dejaría sin discurso a los aliados de terciopelo, como López Obrador, Pedro Sánchez o Alberto Fernández.
Mientras tanto, ¿qué propone la disidencia cubana? Manuel Cuesta Morúa, líder del Arco Progresista, a quien conocí en el Oslo Freedom Forum del 2019, le dijo hace unos días a Andrés Oppenheimer que la comunidad internacional debería “elevar el estatus” de la oposición interna y convertirla en un interlocutor clave. Apoyándola además con un recurso fundamental: conectividad.
Por su parte, Rosa María Payá ha reclamado un mayor compromiso de la Unión Europea para una salida de la dictadura y propuso la aplicación de los “Principios de Sullivan”, empleados en su momento contra el apartheid sudafricano, para que las grandes empresas privadas que negocian con el régimen deban enfrentar la responsabilidad social negativa que conlleva cooperar con el despotismo.
Agregaremos que también sería importante que, desde los organismos internacionales pertinentes, se promueva una investigación independiente sobre la misteriosa epidemia de fallecimientos entre los generales cubanos.
*Escritor y analista político
El constitucionalismo mágico latinoamericano
Emilio Martínez Cardona*
“Si alguien leyera en el siglo XXIII las constituciones que teníamos bajo las peores dictaduras, pensaría que aquí estábamos en la Arcadia, porque todas las regulaciones de la realidad humana eran perfectas. Pero, muy por el contrario, la realidad ha sido la de los caudillos”. Las declaraciones precedentes pertenecen al escritor nicaragüense Sergio Ramírez y son parte de una conversación que sostuvimos hace muchos años, en un evento internacional realizado en el Centro Patiño de Cochabamba, diálogo que en su momento volqué en forma de entrevista.
Es oportuno recordarlas, en momentos en que otros dos países de la región, Chile y Perú, se disponen a iniciar nuevas aventuras constituyentes que prometen un supuesto paraíso igualitario.
Si tenemos en cuenta la experiencia previa de Venezuela, Ecuador y Bolivia, los experimentos del “constitucionalismo mágico latinoamericano” -que cree cambiar la realidad extendiendo catálogos de derechos sociales-, pueden acabar de dos maneras: en un simple artificio de dudosa aplicación, sin relación con la vida cotidiana de los ciudadanos; o convirtiéndose en una compleja excusa jurídica para introducir el prorroguismo presidencial indefinido, en función de los intereses de algún caudillo de la izquierda populista. También es posible, o altamente probable, que el resultado final sea una mezcla de ambas cosas.
Por supuesto, la invención de este constitucionalismo mágico no es sólo una creación latinoamericana, sino que proviene en gran medida de la Madre Patria española (Padre Matria, tal vez deberíamos decir ahora, de acuerdo a las ocurrencias de la neo-lengua en formación). Recordemos, por ejemplo, el rol cumplido por varios asesores ibéricos afiliados a la alianza neocomunista Unidas Podemos, en la redacción de las constituciones del socialismo del siglo XXI.
En otro tramo de la conversación citada, Sergio Ramírez analizaba la influencia francesa que en cierta etapa fue decisiva sobre la cultura de la región, y que puede explicar este fenómeno: “Como si se tratara de un juego de espejos, muchas veces nos hemos visto en lo que piensa Francia acerca de nosotros. Creo que el realismo mágico fue una gran invención francesa; Alejo Carpentier puso el espejo del Caribe para que los franceses vieran lo que querían ver”.
¿El constitucionalismo mágico latinoamericano puso el espejo político para que la izquierda española viera lo que quería ver, en una nueva versión del mito del buen salvaje devenido en buen revolucionario?
Lo cierto es que la idea del Estado Plurinacional, que permeó las constituciones de Bolivia y Ecuador, y que se pretende reeditar en Chile y Perú, no es una concepción endógena nacida de los “pueblos de Abya Yala”, sino un constructo académico basado en el austromarxismo, en particular de las propuestas de Otto Bauer para el viejo imperio austrohúngaro, pasadas por el tamiz de los podemitas españoles, que ven a América Latina como un laboratorio del tipo de reingenierías estatales que aspiran a aplicar allá, en la Padre Matria.
*Escritor y analista político
Argentina y Chile: próximos procesos electorales
Emilio Martínez Cardona*
En ambas naciones, la ciudadanía volverá a ir a las urnas en noviembre, en el caso de Argentina para los comicios legislativos de medio periodo y en el de Chile para elegir a un nuevo presidente.
Es probable que la defectuosa gestión de la pandemia le pase factura a Alberto Fernández y al Frente de Todos (kirchnerismo y aliados), aunque se alista una batería de medidas populistas para contener la debacle. Medidas que ya se iniciaron con un aumento al salario mínimo que puede ser licuado de manera muy rápida por el proceso inflacionario.
Un problema importante para el “kirchnerismo ampliado” que representa el presidente argentino es que ya no puede repetir el truco utilizado en las elecciones generales del 2019, donde ensayó una postura más moderada que la de su ahora vice Cristina.
La gestión gubernamental ha demostrado que son lo mismo y eso le quita poder de llegada hacia el centro del espectro político.
Del otro lado de la “grieta”, como se llama en Argentina a la polarización generada principalmente por el estilo confrontacional de Cristina Fernández de Kirchner (CFK), la coalición de Juntos por el Cambio prepara una oferta plural, que va desde el republicanismo liberal de Ricardo López Murphy hasta las opciones socialdemócratas impulsadas desde la Unión Cívica Radical, con el neurólogo Facundo Manes a la cabeza, pasando por las alternativas que baraja el buque insignia de esa alianza, el Pro.
Esta pluralidad y estos matices, en la medida en que se procesen en unidad, le dan mayor chance a este espacio de crecer hacia el centro, representando una ventaja estratégica fundamental frente al otro gran bloque.
Entonces, las perspectivas en Argentina son relativamente auspiciosas sobre un fortalecimiento del balance y el contrapoder parlamentario, sobre todo para frenar el copamiento del sistema judicial que espolea CFK.
En Chile las cosas parecen más complicadas, con una pérdida de discurso de la centroderecha que deja la contienda prácticamente como una disputa entre la izquierda moderada y la radical. La primera, articulando a la ex Concertación, probablemente con un candidato socialista a la cabeza, aunque los recientes comicios municipales mostraron cierto renacimiento de la democracia cristiana, que podría buscar el liderazgo.
En la izquierda radical aparece la figura del comunista Daniel Jadue, cuya eventual victoria completaría un cuadro trágico en la región andina, si es que además se confirma a Pedro Castillo como ganador de las borrosas elecciones peruanas, que merecerían una auditoría de la OEA y una repetición del ballotage bajo garantías de transparencia adicionales.
Un factor a considerar en Chile es el devenir de la Asamblea Constituyente, que comenzó con pie izquierdo eligiendo como presidente a una activista de posturas extremas. Las nuevas reglas que dibuje la Constituyente serán la cancha en la que tendrá que moverse el próximo mandatario, reglas que previsiblemente incluirán un mayor intervencionismo estatal en la economía y cupos de discriminación “positiva” contrarios al principio de igualdad ante la ley.
*Escritor y analista político